El Greco, un pintor genial y... desproporcionado

Este año se celebra el IV centenario de la muerte de Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco. Nacido el 1541 en Candía (actual Creta), el artista se formó bajo la influencia cultural de Bizancio y la tradición figurativa oriental. Setenta y tres años más tarde (abril de 1614), el pintor moría muy lejos de su lugar de origen, en Toledo, donde aprendió y perfeccionó los recursos figurativos del arte occidental. Antes de llegar a la ciudad castellana, El Greco había recorrido la Venecia de Tiziano, intentado triunfar en Roma y, a continuación, en la corte hispánica de Felipe II, aunque sin demasiado éxito. Fue entonces cuando se refugió en Toledo, urbe imperial, donde sus cuadros devocionales y retratos obtuvieron reconocimiento, abriendo la puerta a un nuevo lenguaje. La conferencia repasará los logros más importantes de su vida y de su trayectoria artística, revelando los puntos clave de las obras más conocidas. Expresividad, dinamismo y originalidad definen la producción de un artista genial y único, que pregonó el trabajo de los impresionistas y que fue redescubierto por el Modernismo.